15 de diciembre de 2015

Cambio Bodiroga y cómo hacer un Ginobili

El látigo. Un recurso técnico llamativo pero que pocos jugadores han sabido utilizar eficientemente. Como su nombre indica, Dejan Bodiroga fue el primero en sacarle un rendimiento destacable, gracias a sus condiciones físicas, su talento y sobre todo a su inteligencia en cuanto a la capacidad de entender el 1c1.

Posteriormente, Manu Ginobili, otro jugador con esas mismas tres características, evolucionó el gesto técnico para convertirlo en un recurso táctico, atacando el cambio defensivo en los bloqueos directos con un latigazo y una potencia en el tronco inferior que lo hacen imparable ante un defensor grande y lento. Quién sabe si fue idea de Manu Ginobili o de Greg Popovich.





Últimamente hemos podido encontrar un par de jugadores más que también utilizan este recurso de forma habitual en la mejor liga del mundo, y que le han dado una vuelta más. Kyrie Irving y Chris Paul atacan el cambio defensivo que se produce en los bloqueos lejanos y en los back picks centrales, contra defensores que no salen más allá del perímetro. En el cara a cara contra el grande, el látigo les proporciona un espacio suficiente para el tiro de media distancia.


Debemos enseñar el látigo en baloncesto formativo?


Este recurso exige mucho a nivel físico y a nivel técnico, y quizás muchos jugadores no estén preparados para llevarlo a cabo en partido o situación real de juego, pero desde luego es un movimiento que gusta aprender, tiene algo de magia. Y si eso engancha al jugador, ya tenemos un motivo.

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