1 de enero de 2014

2. Estructuras

Los sistemas ofensivos no son más que el diseño teórico de una serie de movimientos entrelazados, dentro de un espacio y tiempo determinados, con el objetivo de encontrar una estructura que permita a los jugadores explotar sus cualidades técnicas o físicas, lo que consideramos una ventaja competitiva. Defino Táctica Individual como la capacidad del jugador para encontrar dichas ventajas. Así pues, una canasta es el resultado de saber aprovechar con los recursos técnicos apropiados una superioridad espacio-temporal dada por una estructura. La velocidad de ejecución y la precisión en la toma de decisiones son un gran valor añadido para los jugadores, dada la reestructuración temporal del juego y su constante cambio.

“La práctica del baloncesto requiere un gran nivel técnico, el cual debe ser ejecutado a máxima velocidad, y dirigido a su vez por una inteligente capacidad de decisión, al servicio de un planteamiento estratégico colectivo sumamente complejo”


El objetivo de este trabajo es desnudar ese complejo mecanismo táctico y simplificarlo al máximo para facilitar a los jugadores su comprensión. Para ello necesitaremos fijar algunas variables del juego y empezar desde las situaciones más básicas. Igual que practicamos el 1c0 antes del 1c1, debemos trabajar el 2c2 y el 3c3 antes de poder jugar conscientemente un 5c5. A esas situaciones parciales del juego es lo que llamaremos Estructuras Ofensivas en lado fuerte.


ESTRUCTURA SITUACIÓN
Aclarado 1c1
Juego Por Parejas 2c2
Triángulo Ofensivo 3c3
Sobrecarga 4c4



Cada situación se encuentra dentro de todas las estructuras superiores: Un juego por parejas incluye aclarados y un Triángulo Ofensivo incluye aclarados y juego por parejas. En el 5c5 encontramos todas las estructuras prácticamente a la vez, lo que se convierte en un océano de posibles decisiones. Por lo tanto, un jugador no puede pasar a una estructura superior sin dominar la estructura anterior (comprenderla e interiorizarla). En partido, el jugador tendrá éxito si es capaz de reconocer en cada momento dentro de que estructura se encuentra y que ventajas puede atacar.

En mi humilde opinión, creo que un jugador bien formado tácticamente, sabrá sacar más provecho de cada situación cuando llegue la hora de competir con sistemas diseñados en una pizarra. Realmente puede ser más fácil para el jugador aprenderse 15 sistemas, y sobre todo para un entrenador lleno de carencias y/o complejos, pero somos los máximos responsables de la formación de los jugadores. Hemos de decidir entre lo fácil, lo resultadista y lo que es realmente bueno para él.

Yo soy partidario de aprovechar todas sus horas de entreno en pista, durante sus años de formación, para desarrollar sus cualidades técnicas y su comprensión táctica. No han de aprenderse todas las estructuras ofensivas y soluciones de memoria, es imposible. Aunque lo consiguieran, tendrían dificultades para ejecutarlas ya que los jugadores disponen de pocas décimas de segundo para observar el entorno y tomar una decisión. Han de entenderlas, encontrarle sentido! A base de entrenarlas y estudiarlas, conseguirán interiorizarlas y mecanizarlas, respondiendo en partido de manera similar a la que trabaja el cerebro de un piloto en caso de emergencia:

“El secreto es comprimir los cientos de datos y variables en una emoción”

Cuando a un jugador le decimos por primera vez que utilice un bloqueo directo central atacando el lado débil después de salir de un bloqueo indirecto vertical en lado fuerte, seguro que es capaz de encontrar una ventaja, quizás incluso consiga una canasta fácil según su desarrollo técnico, pero no tendrá ni la más remota idea de lo que acaba de pasar en los 3 segundos anteriores.

Sería demagógico no aceptar el uso de sistemas con un equipo lleno de jugadores irregulares, en plena edad de aceptación social y hambre de victoria. Ellos no son conscientes de que forman parte de un desarrollo como jugadores y como personas, sino que sólo se miden en función de los resultados y el nivel de la liga en la que participan. Aun no saben que muchos de los mejores jugadores de su generación no llegarán a nada, mientras que otros que ahora compiten en ligas menores llegarán a lo más alto (puede que alguno de ellos aun no haya ni empezado a jugar a baloncesto). Se lo hemos explicado, pero aun no lo han vivido, así que confían en su propio sistema de medida: el resultado. Sin embargo, hemos de guiarles para que tomen un buen camino. No es nada fácil! Añadir pequeños elementos que nos faciliten el juego y nos den alguna victoria nunca vienen mal, sobre todo en el aspecto emocional.

Pero si nuestro objetivo es puramente resultadista, somos un mal entrenador de formación, así de claro. El único factor común que han tenido los mejores equipos del mundo, sea del deporte que sea, es que se divertían haciendo lo que hacían. Por lo tanto, la primera condición necesaria es que han de jugar con sistemas abiertos donde ellos puedan tomar sus decisiones y dirigir el juego hacia donde quieran.

“Delegar a los jugadores la responsabilidad de decidir ellos mismos a qué quieren jugar tiene infinitas ventajas, pero crea desconfianza en entrenadores narcisistas, que para estar tranquilos se ven obligados a tener todo bajo control”

Por tanto, cuando yo desarrollo un sistema ofensivo (Si! Yo también tengo sistemas implantados en muchos de mis equipos), lo que busco es una serie de movimientos que ayuden a los jugadores a montar las estructuras que queremos trabajar, y a partir de ahí, que sean ellos mismos los que diseñen el resto de la jugada. Inexplicablemente, esta base les ofrece cierta seguridad, y no hay porque negársela. Supongo q dada su inestabilidad, tanto a nivel de juego como de emociones, los jugadores jóvenes encuentran dónde agarrarse en los momentos flojos del juego. Sea como sea, conseguimos que puedan decidir sobre el juego del equipo en un entorno controlado y se sientan responsables de ello.

Como entrenador Cadete, aplico una gran carga técnica en mis entrenos. Trabajamos sin oposición todos los gestos técnicos que nos encontraremos en el juego y vamos añadiendo oposición poco a poco para que identifiquen las señales que determinan su posible decisión. El resto lo dedico a comprensión táctica, es decir, ejercicios con una estructura ofensiva determinada, donde los jugadores deben encontrar la ventaja espacio-temporal para poder aplicar el recurso técnico. Para partidos, aunque haya 5 jugadores en pista, preparo un par de movimientos iniciales que ayuden a los jugadores a montar procesos más cortos pero continuados de aclarados, juego por parejas y triángulo ofensivo.
A modo de ejemplo simplificado, un Bloqueo Directo es un recurso táctico que, en su máximo nivel, exige la combinación de 5 jugadores. Exige timing, cooperación, conocer y respetar espacios, recursos técnicos y un jugador capaz de elegir entre decenas de posibles decisiones que tendrá que resolver con éxito en 1sg. No pueden interiorizarlo todo a la vez. Han de aprenderlo progresivamente desde el 1c0 hasta el 5c5.
Primero deben tener desarrollado cierto nivel técnico en el 1c0 y 1c1, después conocer las opciones que da la continuación en el 2c2, las triangulaciones generadas en el 3c3 tanto en lado fuerte como en lado débil, las ventajas de atacar un lado débil descargado en el 4c4 y por último los cortes desde lado débil en 5c5. Un trabajo técnico-táctico que no se puede enseñar en 2 meses, como pretenden algunos colegas. Se ha de desgranar en pequeñas estructuras e ir creciendo poco a poco, utilizando siempre como medidor del progreso el acierto en la toma de decisiones y no la canasta.

Idea Básica
Planificación

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